¿Alguna vez ha tenido problemas y no ha encontrado la solución?
Los humanos tenemos 2 formas de pensar: (1): la racional y (2) la creativa; la primera es lineal y la segunda se basa en el pensamiento divergente.
Normalmente, resolvemoslos problemas guiados por el pensamiento racional. Si utilizáramos con frecuencia el pensamiento creativo aprenderíamos a verlos desde otras ópticas, encontrando soluciones que antes no se nos hubieran ocurrido.
La lluvia de ideas es muy útil cuando deseamos romper limitaciones encontrar soluciones a problemas específicos y nos encontramos bloqueados. Por su sencillez y eficacia, es muy es muy útil para innovar y desarrollar procesos y productos[1].
El proceso de lluvia de ideas tiene 2 etapas:
1. En sesiones de brainstorming (de grupo), se presentan y reciben ideas con la mayor apertura mental posible; todo se vale, aún la “imaginación más loca” es bien recibida y entre más ideas salgan, mejor ¡esto significa más posibilidades!
En esta etapa los participantes escuchan proactivamente, se abstienen de emitir juicios sobre las ideas propuestas.
2. Posteriormente, en sesiones de evaluación se analizan esas ideas para determinar su factibilidad, su aplicación.
Es muy importante separar las 2 etapas para permitir que todas las ideas se expongan, analicen y conduzcan a soluciones.
Ideas para desarrollar las sesiones de grupo
A continuación, 6 aspectos muy importantes a tener en cuenta al planear y desarrollar una sesión de lluvia de ideas:
1. Seleccionar un relator que se encargue de tomar notas de las ideas, que las escriba en una cartulina colgada en la pared, papelógrafo o tablero, de forma que todos las vean. Es ideal que el relator solamente se dedique a eso porque es difícil estar pensando y creando a la vez.
Las letras grandes ayudan a mantener presentes las ideas.
2. Seleccionar un moderador que organice el caos. En grupos de más de tres o cuatro, hace falta que alguien escoja quién será el siguiente en decir una idea y evitar que todo el mundo hable a la vez.
Si hace falta, el moderador recordará a los miembros que no evalúen las ideas de los compañeros durante la sesión, que no se burlen, ni critique ni digan: eso ya lo sabíamos!
3. Durante la sesión, mantener un ambiente relajado y alegre. La creatividad fluye mejor cuando los participantes están relajados y disfrutan de sentirse libres para expresar sus ideas.
Como una ayuda y un estímulo a la creatividad, a menudo es bueno empezar con una sesión de calentamiento de diez minutos, dónde se aborde un problema imaginario.
Pensar sobre un problema imaginario libera a la gente y la pone alegre. Después se puede abordar el problema real. Algunos temas imaginarios podrían ser por ejemplo:
Como iluminar la casa con un sólo bombillo
Como mejorar el viaje de regreso del trabajo a la casa
Inventar un nuevo juego olímpico
4. Limitar el tiempo de la sesión. Es aconsejable limitar la duración de una sesión típica a unos 15-30 minutos.
Sesiones más largas tienden a hacer que se pierda el interés. Por lo general, una sesión no debería pasar de los treinta minutos.
5. Preparar copias. Después de la sesión es aconsejable a pasar a limpio la lista de ideas y preparar copias para todos los participantes.
No hay que intentar poner la lista en ningún orden concreto.
6. Añadir y evaluar. Al día siguiente (no el mismo día) en las sesiones de análisis, el grupo se vuelve a encontrar y comparte las ideas generadas en la sesión anterior (incluirlas en la lista fotocopiada).
Después, el grupo analiza y evalúa cada una de las ideas y desarrolla las que prometan ser viables para llevarlas a la práctica.
Durante las sesiones de evaluación, las ideas locas se convierten soluciones realistas. Hay que poner el énfasis en el análisis y en temas del mundo real.
Las ideas viables encontradas en las sesiones de evaluación, se pueden dividir tres grupos:
1. Ideas de utilidad inmediata, las que se pueden utilizar inmediatamente.
2. Ideas para estudiarlas más ampliamente, repensándolas y/o reformulándolas, se podrían aplicar posteriormente.
3. Ideas con aproximaciones al problema que sugieren nuevas perspectivas para estudiarlo.
Hay que tener en cuenta que la evaluación no se hace el mismo día que la sesión de brainstorming. Esto hace que la sesión de ideas sea más libre (sin el temor de la evaluación inmediata) y permita un tiempo de desarrollo de más y mejores ideas.
3 normas básicas del brainstorming:
1. Suspender el juicio. Eliminar toda crítica. Cuando surgen las ideas, se las escucha, evitando los juicios y críticas.
Estamos tan acostumbrados a ser críticos en nuestro pensamiento, que ésta regla es difícil de seguir.
2. Pensar libremente. Es muy importante la libertad de emisión. Los pensamientos locos se reciben bien. Las ideas imposibles o inimaginables también. De hecho, en cada sesión deberían surgir ideas locas que provoquen risa de todos. De esta forma, podrían surgir soluciones innovadoras.
Algunas ideas locas se transforman en prácticas; cuanto más loca sea la idea, mejores podrían ser los resultados.
3. A mayor cantidad de ideas, mayores probabilidades. Cuanto más grande sea el número de ideas, más fácil es seleccionar una de ellas.
Hay más probabilidades de encontrar una buena idea al elegir una idea sobre 50 emitidas, que una sobre 10.
Al evaluar una idea, vale la pena preguntarse.
¿Qué tiene de bueno la idea?
¿Qué se puede hacer para mejorarla?
Inspírate y aprovecha las ideas de los demás. Crea “sinergia”
A veces, cambiar el orden de los elementos o un solo aspecto de una idea le ayudará a encontrar una solución.
Ahora es su turno:
Realice una sesión de brainstorming (en grupo)
para solucionar una situación difícil con su equipo
¡Cuéntenos cómo le fue!
El Proyecto Nueva Era Empresarial persigue generar ideas que ayuden a salvar empresas y empleos. Encuéntrenos en: https://nuevaeraempresarial.wixsite.com/blog.
Celulares: 313-397-0707 / 310-814-918
Por Álvaro Cifuentes y Zayra Gómez, consultores del proyecto Nueva Era Empresarial.
[1] Alex Osborn, publicista que, a partir de su observación de la práctica cotidiana, se convirtió en un teórico de la creatividad. Inventó el Brainstorming, tormenta o lluvia de ideas que describió en su libro Applied Imagination
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